Mensaje de la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo; y de la Ex Presidenta de la República Federativa de Brasil, Dilma Roussef, durante ceremonia de nombramiento de Huésped Distinguida
JEFA DE GOBIERNO, CLAUDIA SHEINBAUM PARDO (CSP): Muy buenos días, Presidente del Poder Judicial de la Ciudad de México; Presidenta de la Mesa Directiva del Congreso de la Ciudad; Dilma Roussef, muchas gracias por su presencia; gracias a todos los compañeros y compañeras.
Es un honor, como Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, nombrarla Huésped Distinguida de la ciudad; Dilma Roussef, mujer de lucha, de convicciones, que a lo largo de su vida, sin vencerse, sin claudicar, ha sido víctima de encarcelamiento, tortura, golpes de Estado disfrazados, pero que no se ha vencido.
Desde joven decidió tomar el camino de la lucha contra la opresión, la desigualdad y la justicia, del lado de las causas justas de su pueblo. Dilma Roussef, Expresidenta de Brasil, bienvenida a la Ciudad de México, ciudad solidaria, con mujeres y hombres de grandes corazones y participativos.
Le platico, Dilma, que en los meses recientes, este reconocimiento que recibe usted, lo recibieron Evo Morales, Alberto Fernández, Luis Arce Catacora y ustedes, que ocupa un lugar en la historia, no solo de Brasil, sino de la gran América Latina.
En México, hace años emprendimos el camino de la lucha por la democracia y la justicia, somos parte de un movimiento que alcanzó el triunfo electoral el 1 de junio de 2018; un movimiento con ideales claros y que tienen como mandato popular eliminar la corrupción y los privilegios de los gobernantes, ampliar la democracia para consolidar un México de progreso con justicia, que tiene como mandato no mentir, no robar y no traicionar al pueblo.
La Cuarta Transformación de la vida pública de México –porque México ha vivido y ha tenido cuatro grandes transformaciones: la Independencia, la Reforma, la Revolución y la que hoy se lleva a cabo–, representa una nueva forma de gobernar, sin privilegios, sin corrupción, con transparencia y con cercanía, un nuevo modelo económico basado en la Austeridad Republicana, la disciplina fiscal, el pago de impuestos sin indultos al que más posee, que distribuye riqueza de forma directa al pueblo, sin intermediarios, que promueve la economía con inversión pública y fomenta la inversión privada sin corrupción, que planea el desarrollo, que reconoce la imperiosa necesidad de un salario digno para las y los trabajadores, que cultiva el medio ambiente, que invierte donde históricamente no se ha hecho, para disminuir desigualdades.
Un modelo que concibe a la educación, la salud, la vivienda, la cultura, la pensión de adultos mayores como derechos, que engrandece el derecho a una vida digna para todas y para todos, que reivindica a nuestros pueblos originarios, un modelo que consigue la paz como fruto de la justicia, que atiende las causas para promover seguridad, que enaltece los derechos humanos, la honestidad y la división clara entre delincuencia y Estado, como ejes fundamentales de la estrategia de seguridad, que cree y actúa a través de la acción pacífica y del convencimiento, y no por la violencia.
Un modelo en donde se fomenta la democracia participativa, el Derecho a la Diversidad, que defiende la libertad de expresión y de manifestación, que no reprime; un modelo que fomenta una forma de pensamiento crítico, pero que apela a la ética, al amor y a la solidaridad, que no pone el dinero como el poder supremo, sino que sabe que la verdadera felicidad se obtiene cuando se ama y trabaja por la familia, por los otros, por la naturaleza y para la Patria.
Representamos un modelo que busca la prosperidad compartida, que enarbola la ética de la inclusión y el apoyo entre todos y todas, que cree en la libertad, en la igualdad entre hombres y mujeres y que condena la discriminación y sostiene que no hay progreso sin justicia.
En la ciudad trabajamos por el Derecho a la Educación con becas universales y mayor cobertura en la media superior y superior, con el Instituto de Educación Superior “Rosario Castellanos”; apelamos al Derecho a la Salud, a la Educación, a la Cultura, al Deporte, y el apoyo a los más desprotegidos de nuestra ciudad.
Es transformación porque es un rompimiento con el modelo anterior y la construcción de un nuevo modelo de gobernar, un modelo del Estado de Bienestar, de la economía moral y de ética y de cultura; rompimos con el modelo económico que concibe los derechos como privilegios y asumía que la competencia es la ley suprema, y no la solidaridad y los derechos de los más desprotegidos.
Es un modelo que tiene la certeza que la democracia, la paz, la igualdad, la justicia, la dignidad y la grandeza de nuestra historia construyen una Patria en la que nadie se queda atrás. De ahí venimos, ese es nuestro anhelo, y nos emociona ver cómo cada día se va transformando nuestro país, nuestra Nación, hacia esta nueva realidad; por eso, siempre reivindicaremos nuestro origen y nuestra confianza de que se han sentado las bases de la Gran Transformación.
Gobernamos con corazón y con entusiasmo, convicción y honrados de servir a este gran pueblo de la Ciudad de México, que sorprende todos los días por su espíritu incansable de lucha.
Nuestra ciudad es hermosa y hoy, más que nunca, no debemos perder la esperanza en nuestro futuro; nos engrandece recibir a luchadoras sociales que comparten los anhelos de los pueblos de nuestra Patria Grande: libertad, igualdad, justicia, vida digna, derechos plenos, democracia, libertad de expresión.
A nosotros como a usted, Dilma, no nos vence la mentira ni la calumnia, nos anima un anhelo, que es el anhelo del pueblo de México y de los pueblos de la Patria Grande, de la América Latina, una Patria justa y solidaria.
Bienvenida, Dilma Rousseff, Huésped Distinguida de la Ciudad de México.
Muchas gracias.
EX PRESIDENTA DE LA REPÚBLICA FEDERATIVA DE BRASIL, DILMA ROUSSEF (DR): Buenos días, es un placer estar aquí. Yo quisiera complementar y agradecer profundamente a la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México –yo voy a hablar en portugués–, mi querida Claudia Sheinbaum; me gustaría también saludar al representante del Poder Judicial y a la representante del Poder Legislativo de la Ciudad de México.
Saludar a todos los líderes aquí presentes, los secretarios, las autoridades y las señoras y señores presentes, y decir que para mí es un gran honor estar aquí en la Ciudad de México y ser, prácticamente premiada con este reconocimiento como visitante distinguida de la Ciudad de México, ¿por qué? Porque nosotros reconocemos que México integra una de las partes más importantes de la historia de América Latina.
Primeramente, porque aquí en México floreció una de las mayores civilizaciones, o se puede decir también, varias grandes civilizaciones en la época prehispánica; y este hecho es muy importante en una América Latina que fue, durante siglos, por lo menos en los últimos, dicha como que había sido descubierta, y estar aquí en Ciudad de México es testimonio de que nosotros tuvimos una vida plena con experiencias culturales, artísticas, intelectuales, lingüísticas antes de la llegada de los europeos; y México, sin duda alguna, representa esto para toda América Latina, es un estímulo a la autoestima y el respeto que debemos de tener por la historia de nuestros pueblos, por más humildes que ellos sean.
Por otro lado, México fue la Patria que siempre respetamos, de la Revolución, la Patria de la Independencia, de una lucha de sus trabajadores, de sus campesinos, por una sociedad más democrática y justa.
Yo integré el Gobierno de Brasil, fui parte del Gobierno de Brasil, y en ese momento, en aquel momento, desgraciadamente, México no tenía un gobierno con el que Brasil, Argentina, Uruguay se sintieran confortables como aliados, porque nosotros no veíamos esa preocupación, con el desarrollo, inclusión social, defensa de Soberanía, de riquezas energéticas, tampoco veíamos una defensa intransigente de la democracia, comprendida solamente como democracia representativa, pero como una democracia que diera voz y oportunidades para todos sus integrantes.
Ahora, México está gobernado por personas de otra calidad; México tiene un gobernador como Andrés Manuel López Obrador, comprometido con el desarrollo de Latinoamérica, comprometido con el desarrollo de México y comprometido con algo que es fundamental, que es combatir nuestras milenarias desigualdades, algo que es crucial, digamos, que en este continente –que es uno de los más desiguales del mundo–, vivimos en una época en la que no se admite esta discordancia entre ingresos, derechos, acceso pleno a la educación y salud y vivienda.
Yo siempre he creído, y mi gobierno, el gobierno del Expresidente Lula, el Gobierno del Partido de los Trabajadores, siempre creímos que la educación es el camino, tanto para que salgamos de la miseria y de la pobreza, del hambre, como también para encontrar patrones de desarrollo semejantes a aquellos desarrollados, porque la educación es la base de la ciencia, de la tecnología y de la innovación.
Yo comparto esta visión con los actuales dirigentes de la Ciudad de México, a nuestra querida alcalde, a la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia, y con el Presidente López Obrador, yo quiero decir que mi orgullo también tiene que ver con el hecho de que en el mundo, según ONU, solamente el 5 por ciento de las grandes ciudades tiene alcaldesas, tiene Jefas de Gobierno y yo estoy aquí en una de las mayores concentraciones poblacionales, no solo de Latinoamérica, sino también del mundo y tenemos a una mujer de la clase, de la categoría de la señora Claudia y estoy segura que, si evaluamos con criterio, ella va a recibir el premio por una de las mejores gestiones y, tal vez, la mejor gestión en el caso de la pandemia del COVID, yo le deseo eso porque estoy segura de que eso será un reconocimiento merecido.
Nosotros en Latinoamérica –en toda Latinoamérica–, que fuimos y que participamos de lo que nosotros podemos llamar esta “corriente progresiva”, nosotros también defendemos nuestras riquezas minerales, nuestras riquezas alimentarias; tal vez seamos una de las regiones, de las mayores regiones del mundo con tanta diversidad, no solamente en términos de riquezas naturales, pero también de diversidad cultural.
Quiero dirigirme aquí a la cuestión de la diversidad de riquezas naturales y creo que nosotros tenemos un compromiso con nuestras poblaciones, con nuestro país, nuestros países para defender estas riquezas y transformar su explotación en favor del pueblo y también en un uso adecuado y exploración adecuada con la naturaleza.
Estoy segura de que estamos frente a un camino muy promisorio, muy prometedor, que yo acompañaré con mucha expectativa aquí, en los Estados Unidos Mexicanos, y quiero decir que mi país, que tuvo grandes realizaciones entre 2003 y 2015, mi país se encuentra hoy en una situación muy difícil porque allá nosotros tenemos la presencia del neoliberalismo articulado con un gobierno neofascista, responsable, tal vez, por uno de los mayores procesos de genocidio de la historia de la humanidad, porque de los más de 420 mil muertos, por lo menos, nosotros tendríamos condiciones de no haber dejado esos 420 mil muertos transformándose en esta catástrofe, en esta catástrofe mayor, acaso hubiéramos tenido una acción mucho más efectiva en el combate a la pandemia.
Yo aquí hago referencia al genocidio como un acto, como por omisión, desdén o abandono y entregas a una población entera a la muerte, y nuestro país –que había dejado de ser parte del mapa del hambre de la Organización de las Naciones Unidas, después de siglos de hambre estos ya eran reconocido por la ONU– ahora regreso a una situación terrible de fragilidad, inseguridad alimentaria y este regreso es un efecto más de una política que se debe ver como causa de lo que nos sucede.
Esta política es la política neoliberal que suprime derechos, que compromete nuestra soberanía entregando nuestras riquezas a una exploración que no beneficia a nuestro pueblo; antidemocrática, golpista que sometió a toda Latinoamérica hace algunos años a prácticas de la llamada Guerra Híbrida, y esto se puede ver con la caída del presidente Zelaya en 2009, con la caída del presidente Lugo de Paraguay en 2012, con… en 2016, con mi juicio político en 2106, con la caída de Evo Morales, en 2019, y también con los procesos sufridos por el presidente Lula, con el presidente Rafael Correa, de Ecuador y por la presidenta Kirchner, de Argentina.
Son procesos muy graves que corroen y corrompen la democracia y nosotros no podemos dejar que Latinoamérica, nuestra Patria Grande –como dijo Claudia– sea comprometida después de tantos años de haber superado los procesos de dictaduras para volver a procesos que, sin lugar a dudas, sin Estado son estados de sesión, de supresión de derechos, de estados de entrega de riquezas.
Yo estoy hoy aquí muy feliz, porque nosotros en Brasil también tenemos una perspectiva de mejoría, el pueblo de Brasil es un pueblo luchador, sabremos reconducir a Brasil a nuevos caminos retomando muchas de las cosas que nosotros hicimos y avanzando aún más.
Quiero decir, sin sombra de duda, que nosotros nos encontraremos en algún momento de la historia, en el futuro, el pueblo brasileño y el pueblo mexicano –porque somos los dos mayores países del continente– y, sin dudas, haremos la diferencia en nuestra Patria Grande porque tenemos una visión de solidaridad, de humanismo, y una visión que preserva los valores de la vida tan importantes en este mundo de hoy, donde hay tanta diferencia en el acceso a las vacunas entre los países ricos y países pobres.
Quiero finalizar diciéndoles una vez más que es muy importante la integración de Latinoamérica, porque nosotros somos, tal vez, uno de los mayores continentes del mundo y representamos un mercado de 680 millones de personas, somos un gran poder, si nosotros nos volvemos a nuestro desarrollo.
No estoy aquí pregonando el... México y Brasil serían los dos grandes polos –uno en el Norte, otro en el Sur– de esta gran América Latina, nuestra Patria Grande.
Muchas gracias.