Mensaje de la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo, durante la Plenaria “Acelerando la Inversión para la Acción Climática en las Ciudades” en la Cumbre de Ciudades de las Américas en Denver, Estados Unidos

Publicado el 27 Abril 2023

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JEFA DE GOBIERNO, CLAUDIA SHEINBAUM PARDO (CSP): Muy buenos días a todos y todas. Agradezco la oportunidad de platicar con ustedes, alcaldes y alcaldesas de las Américas, los retos de las megalópolis del continente frente al cambio climático, en un mundo cambiante que sigue anhelando la paz, la erradicación de la pobreza y la disminución de las desigualdades.

Saludo también a los mexicanos y mexicanas que viven en Denver y que viven aquí en los Estados Unidos.

Vengo de una de las ciudades más bellas del mundo, capital de México, un país mágico que vive un momento de grandes transformaciones que se condensan en lo que llamamos: el “Humanismo Mexicano”, que orgulloso de nuestra historia, pone al frente la erradicación de toda forma de discriminación, de toda forma de corrupción y promueve inversión en el marco del desarrollo con bienestar, soberanía, democracia, libertad y mejora del medio ambiente.

Mi ciudad, con sus 9.2 millones de habitantes, es corazón de una metrópoli de 22 millones. Es una ciudad milenaria que cultivó y aún cultiva las grandes variedades de maíz, jitomate y cacao que hoy sustentan la cultura culinaria del mundo entero; que nació de diosas y construyó pirámides en medio de lagos; que fundó chinampas, la forma más sustentable de cultivo conocida; que resistió erupciones, temblores, inundaciones, pandemias, invasiones, autoritarismos y represiones.

Ciudad de habitantes que han luchado por la democracia, las libertades y los derechos sociales. Ciudad de pueblos originarios y de migrantes, donde al mismo tiempo se funden, resisten culturas y tradiciones que gozan orgullosamente su apertura al mundo. También, ciudad de contrastes, de desigualdades; pero, sobre todo de hombres y mujeres trabajadoras que ponen en alto los valores de la solidaridad y la alegría.

La Ciudad de México, como muchas otras del continente, creció con graves problemas de desigualdad económica, social y territorial; además, con modelos de desarrollo sustentados en la sobreexplotación de los recursos naturales. Frente a estos históricos retos, se suma la necesidad de contribuir a la disminución de los gases de efecto invernadero y la adaptación a sequías y otras consecuencias del cambio climático.

En este marco, nosotros enfrentamos estos desafíos no con pesimismo sino con el optimismo de que otra realidad y otro mundo es posible, siempre y cuando no olvidemos que los retos ambientales no se enfrentan solo con políticas ambientales, sino con la visión de que el desarrollo humano –ojo, dije desarrollo y no crecimiento económico– la justicia social y ambiental siempre van de la mano.

Esto significa concebir que las personas y las sociedades debemos enfrentar los viejos y nuevos retos con una visión de derechos sociales, no todo puede tasarse con valor de mercado; es decir, el derecho de todos y todas a la educación, a la salud, a un salario y trabajo digno, a una vivienda digna, a la cultura, el derecho a un medio ambiente sano, a la justicia para los pueblos originarios y también el derecho de las mujeres a la igualdad sustantiva.

Y, al mismo tiempo, invertir en donde históricamente no se ha invertido: en servicios públicos, espacio público, acceso a educación, cultura, deporte lo que se traduce en disminución de las desigualdades territoriales y sociales, lo que contribuye a la pacificación y a un desarrollo equitativo y sustentable.

¿Qué hemos hecho en la Ciudad de México para enfrentar estos retos? En la ciudad, 1.2 millones de niños y niñas que estudian en escuelas públicas, desde el preescolar hasta la secundaria, tienen una beca universal mensual y un apoyo anual para útiles y uniformes escolares, fortalecemos la educación pública. El Gobierno de México ha universalizado la pensión a adultos mayores y a las personas con discapacidad, es decir, los más vulnerables tienen apoyos, lo que ha potenciado a tal nivel la economía de la ciudad y del país, que este trimestre ha crecido más de lo esperado.

Creamos dos nuevas universidades públicas en estos cuatro años, donde ya estudian 40 mil jóvenes, el 63 por ciento mujeres. Es educación humanista, científica que construye jóvenes con conciencia ambiental y conciencia social.

Creamos el programa PILARES, que significa Puntos de Innovación, Libertad, Arte, Educación y Saberes, 294 centros comunitarios construidos en cuatro años, donde de forma gratuita tienen acceso los jóvenes a la educación, a la cultura y al deporte y ahí tenemos la Escuela de Código más grande de América Latina, donde se certifican de diversas plataformas.

Fortalecemos el derecho a la salud, a la vivienda. Duplicamos la inversión pública en obras de infraestructura para mejorar los servicios públicos y para hacer realidad nuestro programa ambiental y de cambio climático.

Tenemos un programa muy agresivo de electromovilidad en el transporte público. Hemos construido los dos teleféricos urbanos más grandes del mundo: el sistema Cablebús y ahora vamos por la tercera línea.

Estamos construyendo un segundo piso, más bien, hemos construido ya un segundo piso de 8 kilómetros, una calle de segundo piso de 8 kilómetros, pero no para mover vehículos particulares, sino para mover trolebuses, transporte eléctrico. Es una obra con 11 estaciones de infraestructura única en el mundo, que tiene un costo de inversión 10 por ciento de lo que cuesta el Metro y se puede mover a cerca de 200 mil pasajeros en un día. Es en la zona más pobre de la ciudad.

Mejoramos y ampliamos el Sistema Metrobús que mueve a cerca ya de 2 millones de personas, con una línea totalmente eléctrica, la única línea BRT eléctrica en todo el mundo. Fortalecemos la empresa pública de transporte, apoyamos al transporte privado para su chatarrización a través de la renovación y orientamos a constituir empresas de transporte.

Invertimos 2 mil millones de dólares en la modernización del Metro. Llevamos construidos ya 250 kilómetros de ciclovías, más de lo que históricamente se había construido en la ciudad. El 60 por ciento del transporte público, hoy se mueve con una sola Tarjeta de Movilidad Integrada que es un desarrollo tecnológico propio de jóvenes de la ciudad.

16 parques nuevos con cerca de 200 hectáreas en zonas donde antes no había espacios públicos; saneamiento de cuerpos de agua y construcción de humedales; y 35 millones de árboles y plantas sembradas con lo cual han regresado a la ciudad 60 especies de aves migratorias.

Con el Programa Basura Cero, construimos la planta de reciclado de mil toneladas al día y estamos por terminar la segunda de la misma magnitud; y trabajamos con el sector académico y privado, en la Planta de Hidrocarbonización, que convierte los residuos sólidos orgánicos en pellets de carbón vegetal, esta es una solución única en la Ciudad de México que puede ser global.

Estamos instalando una planta solar de 18 megawatts en los techos de la Central de Abasto, el mercado más grande de América Latina. Hemos alcanzado 50 mil viviendas con captación de agua de lluvia y trabajamos en manejo sustentable del agua y nuestro Programa de Calidad del Aire.

Estas y otras acciones han permitido que la ciudad cumpla con su meta del Programa Ambiental y de Acción Climática que nos propusimos, que ha conseguido la reducción de 1.8 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente al año.

Con excepción de las obras del Metro, el financiamiento para todo ello ha venido principalmente de lo que en México llamamos “Austeridad Republicana”, significa la erradicación de toda forma de corrupción y los privilegios de los funcionarios públicos y el cobro adecuado de los impuestos. Vamos a dejar una ciudad, con todas estas obras, apoyos sociales y derechos, menos endeudada de lo que recibimos y, no hemos aumentado en términos reales, los impuestos.

Tenemos una visión de que reduciendo la corrupción y los privilegios alcanza para destinar recursos; pero, también hay una visión global, en el sentido de que es la cooperación para el desarrollo, lo que va a permitir una sociedad y unas economías libres de carbón, pero que siempre promuevan el bienestar. La cooperación de los países con más recursos económicos para el desarrollo con bienestar.

Para cerrar esta intervención permítanme, desde aquí, dirigirme a las y los jóvenes de nuestras ciudades. No es la corrupción, la triquiñuela, el odio, el clasismo y el racismo o el tener más dinero, lo que nos convierte en mejores personas, mejores ciudades o mejores naciones. No es un asunto solamente de tolerancia, es el reconocimiento de que la profundización de las desigualdades llevará siempre a la violencia y a la degradación ambiental, a un mundo sin esperanza y sin porvenir.

La paz y el desarrollo libre de carbón, se construye con desarrollo científico y técnico, pero sin olvidar, sin olvidar nunca, la ampliación y la garantía de los derechos sociales y humanos; no es “mi educación”, es el derecho a la educación de todos y de todas; no es “mi salud” si la puedo pagar, es la salud como un derecho humano; no es la cultura como mi privilegio, sino el acceso a la cultura y la educación artística como un derecho.

Y en el caso de los derechos de las mujeres, no es “rompí el techo de cristal porque soy una mujer que luchó para salir adelante”, es el derecho humano de las mujeres a lograr la igualdad sustantiva. No es “mi ciudad” o “mi planeta” en aras del crecimiento económico per se, es la ciudad, las ciudades, las naciones y el planeta de todos y todas.

Quiero saludar y felicitar la realización de esta Cumbre de las Américas, que nos reúne para seguir construyendo acuerdos. Como científica y como política, creo en los argumentos, creo en los datos, en compartir saberes, pero también, creo en las herramientas que nos da la ética y la política: responsabilidad con los pueblos que nos han mandatado, que nos han elegido, voluntad de escucha, disposición solidaria y confianza en nuestra capacidad para construir siempre bienestar para los que menos tienen. Y felicidad para las actuales y futuras generaciones, para todas las personas, las ciudades, las naciones, para el planeta entero, un mundo mejor, es posible.

Muchas gracias.

Publicado originalmente en el Portal de la Jefatura de Gobierno.